Odisea nocturna

Este fin de semana ha sido como cualquier otro fin de semana, sin ninguna novedad, lo de siempre vamos. Reconozco que me estreso, que me agobio él estar rodeada de gente que se acerca, mete su culo y te mueve a la otra punta del pub, aunque viendo el panorama eso es la mejor parte, porque hay otros individuos que se te aproximan y no es precisamente para meter el culo.
Entrar en un pub es una verdadera odisea, la gente se amontona en la entrada y a empujones tienes que mover a los 20 que se han colocado en la puerta.
Después ¡Adentraté! ponemos mirada de lince para buscar un puñetero hueco que, casualmente, hay uno libre al lado de los Servicios.
Pero no conforme con ello ¡¡¡Vamos a pedir unas copas!!! la barra hasta los topes, llamas a la muchacha con el dedo y te atiende al cuarto de hora, previamente poniendo cara de pocos amigos.
Con las copas en la mano, intentamos llevar los tubos enteros a los amigos que se han quedado guardandonos el sitio. Ya en tus manos, se observa que no estan ni como lo habíamos pedido.
En fin, que después de media hora escuchando en pumba pumba a toda pastilla, entra la dichosa pregunta de ¿Qué? ¿Pedimos otra o nos vamos? Siempre optamos por irnos aun sabiendo que el entrar en otro garito nos cuesta el mismo sufrimiento. ¡¡¡¡Es que somos masocas!!!!